El minuto de Scariolo
"¡¡Hijo de puta Scariolo!! ¡¡Hijo de puta Scariolo!!"
Así de cariñosamente despedía la afición del TAU al que fuera su técnico hace unas pocas temporadas.
A falta de 5 segundos y con cuantro puntos arriba Scariolo pidió un tiempo muerto que hizo montar en cólera a los jugadores y la afición del TAU. Sergi Vidal, literalmente, se quería comer al técnico italiano.
Es posible que de haber pedido ese minuto cualquier otro técnico se hubiese tomado simplemente como una precaución ante lo mucho que había en juego. Pero nadie pensó eso de Scariolo dados los antecedentes.
Scariolo es un técnico genial, pero también es lo que le decía la afición del Buesa Arena. El juego sucio es una herramienta más para él, como lo es la pizarra o la zona. Todo vale para ganar.
No suscribo esa máxima, aunque le de resultado pues, pese a todo, es un grandísimo técnico que quizá podría también conseguir éxitos sin ser un cerdo.
Lo hace contínuamente. Presiona a los árbitros, a la prensa, a sus jugadores para que hagan teatro y, como ayer, Scola se pasara buena parte del partido en el banquillo porque cada vez que apoyaba su mano en el genial Garbajosa éste se tirara al suelo con una habilidad asombrosa y Scola recibiera su falta.
Los árbitros han picado, siquiera parcialmente, en el anzuelo que les tendió Scariolo. No han robado los partidos del play off, pero le han dado pequeños tratos de favor que no han tenido con el rival.
A priori me daba igual quien ganara, a ser posible quería ver 5 partidos. Pero tras la semifinal contra el Joventud empecé a preferir que fuera el TAU y que, de paso, se resarciera de su triste minuto fatídico de la temporada pasada.
Del partido en sí me quedo con tres detalles. El primero es el viejo truco con el que Scariolo (hijoputa pero un gran técnico al fin y al cabo) reventó el final de Perasovic. El técnico del TAU agotó su último tiempo muerto para planificar el final del partido atacando mejor la defensa malagueña. Scariolo recurrió al viejo truco de cambiar de defensa tras el tiempo muerto y hacer así inútiles las indicaciones de Peras para el ataque contra hombre, y que tuviera que aguantar hasta el final sin poder parar el partido para corregir errores. Él, en cambio, tenía aún en la recámara un minuto por lo que pudiera pasar.
El segundo detalle es el triple de Garbajosa desde el lateral, para decidir el partido en el último minuto, a lo campeón, como deciden los grandes jugadores, sin esconderse, asumiendo cierto riesgo y cierta responsabilidad, y dando por sentado que hay que dar la cara para ganar.
El tercer detalle es ver la estampa de Pepe Sánchez, ya campeón de liga, mientras sus compañeros cortaban la red, abrazado a un roto Scola, consolándolo, mimándolo, casi diría que pidiéndole perdón por haber ganado. Me llegó al alma esa escena.
Así de cariñosamente despedía la afición del TAU al que fuera su técnico hace unas pocas temporadas.
A falta de 5 segundos y con cuantro puntos arriba Scariolo pidió un tiempo muerto que hizo montar en cólera a los jugadores y la afición del TAU. Sergi Vidal, literalmente, se quería comer al técnico italiano.
Es posible que de haber pedido ese minuto cualquier otro técnico se hubiese tomado simplemente como una precaución ante lo mucho que había en juego. Pero nadie pensó eso de Scariolo dados los antecedentes.
Scariolo es un técnico genial, pero también es lo que le decía la afición del Buesa Arena. El juego sucio es una herramienta más para él, como lo es la pizarra o la zona. Todo vale para ganar.
No suscribo esa máxima, aunque le de resultado pues, pese a todo, es un grandísimo técnico que quizá podría también conseguir éxitos sin ser un cerdo.
Lo hace contínuamente. Presiona a los árbitros, a la prensa, a sus jugadores para que hagan teatro y, como ayer, Scola se pasara buena parte del partido en el banquillo porque cada vez que apoyaba su mano en el genial Garbajosa éste se tirara al suelo con una habilidad asombrosa y Scola recibiera su falta.
Los árbitros han picado, siquiera parcialmente, en el anzuelo que les tendió Scariolo. No han robado los partidos del play off, pero le han dado pequeños tratos de favor que no han tenido con el rival.
A priori me daba igual quien ganara, a ser posible quería ver 5 partidos. Pero tras la semifinal contra el Joventud empecé a preferir que fuera el TAU y que, de paso, se resarciera de su triste minuto fatídico de la temporada pasada.
Del partido en sí me quedo con tres detalles. El primero es el viejo truco con el que Scariolo (hijoputa pero un gran técnico al fin y al cabo) reventó el final de Perasovic. El técnico del TAU agotó su último tiempo muerto para planificar el final del partido atacando mejor la defensa malagueña. Scariolo recurrió al viejo truco de cambiar de defensa tras el tiempo muerto y hacer así inútiles las indicaciones de Peras para el ataque contra hombre, y que tuviera que aguantar hasta el final sin poder parar el partido para corregir errores. Él, en cambio, tenía aún en la recámara un minuto por lo que pudiera pasar.
El segundo detalle es el triple de Garbajosa desde el lateral, para decidir el partido en el último minuto, a lo campeón, como deciden los grandes jugadores, sin esconderse, asumiendo cierto riesgo y cierta responsabilidad, y dando por sentado que hay que dar la cara para ganar.
El tercer detalle es ver la estampa de Pepe Sánchez, ya campeón de liga, mientras sus compañeros cortaban la red, abrazado a un roto Scola, consolándolo, mimándolo, casi diría que pidiéndole perdón por haber ganado. Me llegó al alma esa escena.
Comentarios
(hay ke mirarlo x otro lado..le dio al otro ekipo un minuto para pensar como no morir en 5 segundos...)