Con seis no se puede si los árbitros no quieren
Ana Cardús, hoy protagonista. (Foto: EFEDOS/Javier Bernal) |
Los colegiados no midieron con el mismo rasero a ambos equipos, hiperprotegieron a Splitter, castigaron a los jugadores del CB Murcia de los puestos con menos repuestos, los interiores (qué casualidad), fueron rigurosos en acciones de pasos del CB Murcia (esa chorrada de pasos a Sergio Pérez en una parada sin más) pero permisivos con Valencia (Splitter bajo aro dando varios pasitos, los de salida de San Miguel...). Situaciones que fueron haciéndose un poco más evidentes al llegar los minutos finales de partido. Agustine que atrapa fuerte un rebote y Lishchuk llega por detrás, le mete un manotazo (en la mano) y balón fuera con balón... para Valencia (otra casualidad). El colmo fue un minuto más tarde, ya a menos de una posesión para el final. Lanza un exterior de Valencia, rebote largo, Caner-Medley va como loco a por él, salta sin mirar ni por donde va y le mete un golpe fortísimo a su compañero Lishchuk que cae medio grogi al suelo. Ana Cardús, precisamente la única que no podía ver lo que pasó porque la tapaban un buen montón de jugadores, tiene la ocurrencia de pensar que si un jugador se lleva un empujón así de brutal tiene que ser falta... si no fuera porque choca con su compañero. Pues falta del primer jugador del CB Murcia que ve por allí, Barlow.
Ya todas esas situaciones eran para tener claro que no había sido un arbitraje ecuánime, pero en la pista intenté no comerme la cabeza con mi tendencia al forofismo y me pedí a mí mismo contención, moderación y frialdad para enjuiciar honestamente. Eso traté, pero en la prórroga un detalle me dejó clara la confirmación del arbitraje premeditado. Si no recuerdo mal en la prórroga sólo se pitan dos faltas. El CB Murcia defendía con miedo a ser castigado con la falta pero pese a ello en un momento dado Miso tocó levemente a un rival, lo suficiente para entrar dentro del reglamento y recibir falta, precisamente en un momento crítico en el que el CB Murcia jugaba a defender y no hacer falta (vaya casualidad). Sin embargo, a unos segundos del final de la prórroga el equipo de Guil, con aún 6 segundos en el marcador (y sin tiempos muertos disponibles), necesitaba hacer falta para parar el reloj y llevar al tiro libre al Valencia. Pues venga, puesta en juego del balón, y jugador del CB Murcia que se lanza de inmediato a hacer falta, manotazo... y no se oye silbato, otro manotazo... y sigue sin oírse silbato, y ya manotazo, empujón y casi rodillazo y entonces sí se oye el dichoso silbato, eso sí, ya con sólo tres segundos disponibles (otra casualidad). Aisladamente, salvo la disparatada situación señalada por Cardús, todas las acciones reseñadas entran dentro de la interpretación más o menos lógica del reglamento, errores humanos incluídos. Lo malo es cuando te das cuenta de que todas esas situaciones reseñadas, todas, benefician siempre a sólo (sí, lo pongo con tilde) uno de los dos rivales.
Con sólo seis no se puede
Pero una cosa está clara, los árbitros sólo pueden manipular sutilmente un partido con final igualado si se llega a un final igualado, valga la perogrullada. Y en que el CB Murcia no lograra una renta mayor de cara a un final con árbitros "halcones" entran otros factores. El primero creo que está claro. No se puede aspirar a ganar un partido ACB jugando con 6 jugadores. Ya conté en ocasiones anteriores que el UCAM Murcia cuenta este año con apenas unos 8-9 jugadores de los que realmente pueden sumar en partido. Con la lesión de Rivero y Kurz (ojo, que tiene para un mes, justo lo que parece quedarle al lockout de la NBA) nos quedamos en 6-7. No es realista esperar que con sólo 6 jugadores y rotaciones de los jugadores que vienen a ayudar a entrenar pueda ser suficiente. Pese a todo el UCAM Murcia puso mucho coraje en la pista y tuvo en sus manos llevarse el partido. Si eso fuera poco, mediado el tercer cuarto, Barlow, que estaba haciendo un buen partido, se llevó un gran golpe en la cabeza y a partir de ahí a duras penas consiguió entrar un par de veces en el partido y deambular por la pista aún medio grogi.
No obstante, es de elogiar el juego del CB Murcia con recursos tan limitados. El inicio de partido, con el quinteto de gala, fue claramente superior para el CB Murcia, que se puso más de diez puntos arriba, pero conforme las faltas y las rotaciones entraron en juego hubo que echar mano de jugadores como un voluntarioso Rejón para emparejarse a Splitter, con el tirillas Sergio Pérez para luchar en la zona con un Pietrus que casi le arranca la cabeza en la refriega, o un Jasen para el que hoy no parecía ser un buen día para jugar muchos minutos. Así es casi imposible, pero casi, casi se logra lo imposible a base de multiplicarse.
Detalles que valen un partido
Creo que esa falta de banquillo, unida a detalles de desacierto, se notó en algunas situaciones, y así a bote pronto pienso en una acción de Agustine en contraataque en minutos finales que en lugar de hacer un mate de los que revientan el tablero hizo una bandejita blanda que se salió (¿llegó sin aire?), otra similar de Miso que hizo superblandita y se la comió, muchos tiros libres fallados (11/18, un 61%), baja intensidad general de algunos finales de defensa, alguna recuperación lenta de Agustin tras hacer 2c1 al pick&roll que le hizo llegar a su par cuando la segunda ayuda ya se había marchado y su par con balón ya estaba sólo bajo el aro.
Grimau se pega un empacho a triples
Grimau ya mete triples (Foto: Victor Soriano) |
¿No hay NBA para Murcia?
La lección de hoy creo que está clara, con seis jugadores no se puede, incluso con ocho tampoco. Me dirán que no hay dinero, pero está claro que con la plantilla que hay y la lesión de Kurtz, que tiene para un mes, no hay que ser muy listo para pensar que o se intenta pescar en el mercado de jugadores en paro de la NBA para intentar pegar un arreón al menos mientras esté aquí o la cosa se complicará aún más de lo que ya está. Splitter bajó del avión el viernes y hoy ya jugó y se llevó un montón en valoración. Y ahí creo que tal vez el CB Murcia se equivocó un poco. Aunque es una estrella de la NBA en el día de hoy Splitter quizá habría que haberlo visto como un jugador fuera de forma recién aterrizado. Buena parte de lo que sacó Splitter fue gracias a las faltas que se cobró por la hiperatención que le prestó la defensa de los de Guil (bien secundada por los colegiados, siempre raudos a cobrarse la falta) lo que le llevó mucho al tiro libre y condicionó las posteriores defensas debido a las faltas.
Esta entrada también se publica en los blogs de La Opinión de Murcia
Comentarios
Muy buena entradada, felicidades por este blog tan completo. Yo nllevo muy poco tiempo con el mío, podrías exarle un ojo y decirme si te gusta?
gracias y un saludo¡
que se me olvidaba¡