Crónicas desde la fila cero
Hay que ver. Yo siempre le decía al maestro Ochoa (hasta hace unos días colaborador de baloncesto en La Opinión) que lo bueno de las colaboraciones en medios digitales es que uno puede llegar a casa tranquilamente, cenar, irse a la "redacción" virtual, ver las estadísticas, pensar un rato, escribir, publicar, corregir, republicar sin prisas y, aún así, sacar la crónica unas cuantas horas antes que él en su periódico. Y mire vd. por donde, ahora soy yo el que tiene que barruntar la crónica a la carrera, al tiempo que se ve el partido, y esperar la llamada de la redacción mientras los jugadores enfilan hacia el túnel de vestuarios, para dictar frenéticamente la crónica antes de que nos coma la hora de cierre. Ahora echo de menos aquellos partidos de los domingos por la mañana, con la resaca fresca (cuando aún teníamos vida nocturna) y cierta ansiedad por ver y disfrutar otro partido de baloncesto. Pero sobre todo, ahora pienso en lo maravilloso que sería tener varias horas por