España empieza a hacer soñar
España 87 - Argentina 76
Sabíamos que sería dificil mantener el nivel mostrado en la preparación, en la que la selección española había ganado todos los partidos, incluida Argentina y Serbia (por dos veces ésta última). Sin embargo, el partido de ayer mostró algo que, hasta ahora, en la preparación, casi no habíamos visto: tener que hacer una buena remontada, en este caso de 9 puntos (el único precedente había sido precisamente contra Argentina).
También resulta interesante saber que todo eso se produjo con el hándicap de que nuestro segundo mejor jugador atacante estuvo totalmente desacertado. Hasta el momento hemos visto que la selección puede jugar a muy alto nivel aún sin una de sus estrellas. Con las dos a tope será una maravilla ver jugar a este equipo.
La clave, como casi siempre en este deporte y, sobre todo en este equipo, estuvo en la defensa. Tal como era conocido, Argentina es muy fuerte en todas las facetas del juego, pero especialmente temible en los juegos de pase corto entre pivots. Aunque en el segundo cuarto, sobre todo con un inspirado Scola al frente, les funcionó un rato, la defensa que implantó Pesquera supo anular ese juego.
Por lo que se pudo apreciar, la clave del juego de pase corto entre pivots era tener en cuenta que normalmente esperan una ayuda y entonces pasan al otro pivot, que estará sólo o en buena posición. Estadísticamente hablando, la inmensa mayoría de esos pases pasan justo por el centro de la zona. Así, creí entender que la táctica de Pesquera era ir rápido a la ayuda, contar dos segundos y, antes de que el jugador rival hiciera nada, recuperar la posición central de la zona, lugar por el que habría de pasar el pase, justo un momento antes de producirse éste. Es decir, se ofrece el pase e inmediatamente después se cierra la linea de pase, cuando ya está el jugador lanzando el pase. Ahí recuperó España cerca de 5 balones, e impidió otro buen número de pases. Parece que la experiencia de Madrid sirvió para solucionar, al menos en parte, este problema. Decimos en parte porque Scola ayer estuvo insuperable.
Lo malo de los partidos amistosos contra rivales directos es que estos también toman buena nota. Y los argentinos supieron encontrar algunos agujeros a la poderosa zona española en el amistoso de Madrid. El más visible estaba en el lateral donde defiende Dueñas cuando está en pista. Magnano colocó a Scola en el sitio estratégico: en la línea de fondo, cerca de dueñas, lo suficientemente lejos como para que éste no llegara a tiempo y lo suficientemente cerca para un tiro cómodo. No obstante, los flecos de dicha zona se antojan mínimos, y los argentinos tampoco sacaron demasiado provecho de las carencias. Más bien aprovecharon el estado de gracia de Scola.
Otra lección que, al parecer, aprendió el seleccionador español fue que Rudy Fernández tenía problemas para defender a Ginobili. Por ello, en cuanto quedó claro que Navarro no tenía su día, se decidió por De La Fuente en lugar del cambio habitual, Rudy, para reemplazar a Navarro. La apuesta era arriesgada, pues durante algunos minutos el quinteto de España fue: Calderón, De La Fuente, Jiménez, Reyes y Dueñas. Un quinteto muy defensivo pero, en principio, con poco poder resolutorio en ataque. Sin embargo la jugada salió bien, De La Fuente aprovechó las oportunidades de tiro exterior con las que claramente le tentó Argentina y metió 10 puntos en muy pocos minutos, incluidos un par de triples.
Aguantar bien esos minutos de quinteto defensivo, con el posterior relevo de Jiménez por su compañero de equipo Iturbe, fue decisivo para conseguir la remontada.
Lo que no se comprende bien es el movimiento de banquillo que realizó Magnano en los últimos cinco minutos. Con el partido complicado optó por sentar a Scola y Ginobili y poner en pista a Leonardo Gutiérrez para dar leña a Gasol. La única explicación que encontramos es que Magnano intentara varias cosas a la vez:
- Dar un respiro a ambos y que los gregarios recuperaran algún balón, aunque fuera desquiciando a palos y consiguiendo una falta antideportiva o similar.
- Descentrar a Gasol
- Entrar rápidamente en el bonus de faltas, cometidas por gregarios para, a continuación, hacer la clásica protesta a los árbitros del tipo "mira cuántas faltas nos habéis pitado" y así, justo después, sacar a Scola y Ginobili blindados ante las faltas y con los árbitros predispuestos a favor.
De ser ése el planteamiento el tiro salió por la culata, pues España dió el último acelerón y consiguió una diferencia excesiva en el marcador como para recuperarla cuando volvieron Scola y Ginobili.
Destacar, por último, la importante labor de Calderón, que supo ver que el principal punto flaco de los Argentinos, o su parte menos buena, era la defensa de los bases, y pudo desatascar en ocasiones el ataque español con varias penetraciones y tiros exteriores. Garbajosa apareció en el tramo final, dando vida al equipo con sus triples de alero (corte, bloqueo y tiro rápido al recibir), que los pivots argentinos tuvieron problemas para defender.
Grecia tuteó a USA (Grecia 71 - USA 77)
En otro de los partidos de la jornada, el equipo anfitrión supo tutear con desparpajo a los jugadores norteamericanos que, esta vez sí, salieron a intentar jugar con intensidad. Lo que ocurre es que la intensidad de los jugadores de USA se basa en el músculo, en la potencia física.
Aunque estuvieron algo mejor en el tiro exterior que contra Puerto Rico, sus porcentajes eran de patio de colegio. La diferencia es que, con tanto kilo de músculo clembuterizado, cogían casi todos los rebotes y tenían 3 y hasta 4 opciones de tiro en cada ataque. Si no contabilizamos los mates realizados, el porcentaje de tiro era una auténtica vergüenza.
No sé si los propios jugadores norteamericanos empiezan a ser conscientes de su inferioridad técnica y táctica para jugar al baloncesto. Tal vez sí, porque cada vez menos intentan hacer jugadas que no se resuelvan por la fuerza bruta.
Al menos, vimos destellos de calidad: Iverson más acertado en el tiro exterior, algunas jugadas de calidad de James (10 puntos en 11 minutos jugados) y Duncan. El resto, músculo, mucho músculo y poco cerebro.
Los helenos supieron jugar con cabeza, sabedores de que el rival es batible (qué mal han ido haciendo los USA estos años al dejarse perder el respeto...), con mucho coraje para combatir al músculo americano y una defensa intensa e inteligente. Por supuesto, muchos minutos en zona.
El jugador del partido, sin duda, fue el madridista Fotsis, que brindó algunas acciones de muchísima calidad. Este chico sería un portento si fuera más regular y, tal como hizo ayer, jugara con intensidad todos los minutos.
Lituania va a más (Lituania 98 - Puerto Rico 90)
Aunque no da tanta sensación de poderío como Argentina, Serbia o la misma España, Lituania parece ir a más conforme pasan los minutos de campeonato. El partido de ayer frente a Puerto Rico era una oportunidad para calibrar más precisamente el nivel real de ambos conjuntos. Los portorriqueños, aún con la borrachera de la derrota infringida a USA salieron con ímpetu y descaro, pero con el paso de los minutos Lituania fue poniendo las cosas en su sitio y dejando claro que desde el exterior son peligrosísimos (13 de 30 lanzamientos desde 6'25). Los portorriqueños tampoco lanzaron mal desde el exterior (12 de 26 en triples), pero no tenían un día tan fino como contra los USA.
En los últimos minutos, los de Puerto Rico parecieron acusar también la ausencia (parece que por lesión) de su líder Piculín Ortiz, más importante, tal vez, psicológicamente que por la aportación real al juego que realiza a sus 41 años. Bien es cierto, que el punto flaco de Puerto Rico son sus pivots, y que un Piculín ya en declive (aunque nadie lo diría viendo su aún imponente físico) sigue siendo un jugador importantísimo, por lo que hace, por lo que manda y por el respeto que inspira.
La parte menos poderosa de los Lituanos parece estar en su juego interior, lo que les hace basar su juego en su tiro exterior y penetración. Los equipos que les quieran defender en zona tendrán que hilar muy fino si no quieren verse ametrallados por Macijauskas, Saras, Stombergas y compañía.
Fue una lástima no poder presenciar el partido de Serbia e Italia, pero, pese al dispositivo de multiseguimiento televisivo internacional (terminaremos aprendiendo alemán a este ritmo) no fue posible localizar, entre las sintonizables, una TV que lo transmitiera. Hubiera estado bien tener algún referente del juego de Italia, al que aún no hemos podido ver este año.
Mañana más, prepárense algunos españoles para madrugar ;)
Sabíamos que sería dificil mantener el nivel mostrado en la preparación, en la que la selección española había ganado todos los partidos, incluida Argentina y Serbia (por dos veces ésta última). Sin embargo, el partido de ayer mostró algo que, hasta ahora, en la preparación, casi no habíamos visto: tener que hacer una buena remontada, en este caso de 9 puntos (el único precedente había sido precisamente contra Argentina).
También resulta interesante saber que todo eso se produjo con el hándicap de que nuestro segundo mejor jugador atacante estuvo totalmente desacertado. Hasta el momento hemos visto que la selección puede jugar a muy alto nivel aún sin una de sus estrellas. Con las dos a tope será una maravilla ver jugar a este equipo.
La clave, como casi siempre en este deporte y, sobre todo en este equipo, estuvo en la defensa. Tal como era conocido, Argentina es muy fuerte en todas las facetas del juego, pero especialmente temible en los juegos de pase corto entre pivots. Aunque en el segundo cuarto, sobre todo con un inspirado Scola al frente, les funcionó un rato, la defensa que implantó Pesquera supo anular ese juego.
Por lo que se pudo apreciar, la clave del juego de pase corto entre pivots era tener en cuenta que normalmente esperan una ayuda y entonces pasan al otro pivot, que estará sólo o en buena posición. Estadísticamente hablando, la inmensa mayoría de esos pases pasan justo por el centro de la zona. Así, creí entender que la táctica de Pesquera era ir rápido a la ayuda, contar dos segundos y, antes de que el jugador rival hiciera nada, recuperar la posición central de la zona, lugar por el que habría de pasar el pase, justo un momento antes de producirse éste. Es decir, se ofrece el pase e inmediatamente después se cierra la linea de pase, cuando ya está el jugador lanzando el pase. Ahí recuperó España cerca de 5 balones, e impidió otro buen número de pases. Parece que la experiencia de Madrid sirvió para solucionar, al menos en parte, este problema. Decimos en parte porque Scola ayer estuvo insuperable.
Lo malo de los partidos amistosos contra rivales directos es que estos también toman buena nota. Y los argentinos supieron encontrar algunos agujeros a la poderosa zona española en el amistoso de Madrid. El más visible estaba en el lateral donde defiende Dueñas cuando está en pista. Magnano colocó a Scola en el sitio estratégico: en la línea de fondo, cerca de dueñas, lo suficientemente lejos como para que éste no llegara a tiempo y lo suficientemente cerca para un tiro cómodo. No obstante, los flecos de dicha zona se antojan mínimos, y los argentinos tampoco sacaron demasiado provecho de las carencias. Más bien aprovecharon el estado de gracia de Scola.
Otra lección que, al parecer, aprendió el seleccionador español fue que Rudy Fernández tenía problemas para defender a Ginobili. Por ello, en cuanto quedó claro que Navarro no tenía su día, se decidió por De La Fuente en lugar del cambio habitual, Rudy, para reemplazar a Navarro. La apuesta era arriesgada, pues durante algunos minutos el quinteto de España fue: Calderón, De La Fuente, Jiménez, Reyes y Dueñas. Un quinteto muy defensivo pero, en principio, con poco poder resolutorio en ataque. Sin embargo la jugada salió bien, De La Fuente aprovechó las oportunidades de tiro exterior con las que claramente le tentó Argentina y metió 10 puntos en muy pocos minutos, incluidos un par de triples.
Aguantar bien esos minutos de quinteto defensivo, con el posterior relevo de Jiménez por su compañero de equipo Iturbe, fue decisivo para conseguir la remontada.
Lo que no se comprende bien es el movimiento de banquillo que realizó Magnano en los últimos cinco minutos. Con el partido complicado optó por sentar a Scola y Ginobili y poner en pista a Leonardo Gutiérrez para dar leña a Gasol. La única explicación que encontramos es que Magnano intentara varias cosas a la vez:
- Dar un respiro a ambos y que los gregarios recuperaran algún balón, aunque fuera desquiciando a palos y consiguiendo una falta antideportiva o similar.
- Descentrar a Gasol
- Entrar rápidamente en el bonus de faltas, cometidas por gregarios para, a continuación, hacer la clásica protesta a los árbitros del tipo "mira cuántas faltas nos habéis pitado" y así, justo después, sacar a Scola y Ginobili blindados ante las faltas y con los árbitros predispuestos a favor.
De ser ése el planteamiento el tiro salió por la culata, pues España dió el último acelerón y consiguió una diferencia excesiva en el marcador como para recuperarla cuando volvieron Scola y Ginobili.
Destacar, por último, la importante labor de Calderón, que supo ver que el principal punto flaco de los Argentinos, o su parte menos buena, era la defensa de los bases, y pudo desatascar en ocasiones el ataque español con varias penetraciones y tiros exteriores. Garbajosa apareció en el tramo final, dando vida al equipo con sus triples de alero (corte, bloqueo y tiro rápido al recibir), que los pivots argentinos tuvieron problemas para defender.
Grecia tuteó a USA (Grecia 71 - USA 77)
En otro de los partidos de la jornada, el equipo anfitrión supo tutear con desparpajo a los jugadores norteamericanos que, esta vez sí, salieron a intentar jugar con intensidad. Lo que ocurre es que la intensidad de los jugadores de USA se basa en el músculo, en la potencia física.
Aunque estuvieron algo mejor en el tiro exterior que contra Puerto Rico, sus porcentajes eran de patio de colegio. La diferencia es que, con tanto kilo de músculo clembuterizado, cogían casi todos los rebotes y tenían 3 y hasta 4 opciones de tiro en cada ataque. Si no contabilizamos los mates realizados, el porcentaje de tiro era una auténtica vergüenza.
No sé si los propios jugadores norteamericanos empiezan a ser conscientes de su inferioridad técnica y táctica para jugar al baloncesto. Tal vez sí, porque cada vez menos intentan hacer jugadas que no se resuelvan por la fuerza bruta.
Al menos, vimos destellos de calidad: Iverson más acertado en el tiro exterior, algunas jugadas de calidad de James (10 puntos en 11 minutos jugados) y Duncan. El resto, músculo, mucho músculo y poco cerebro.
Los helenos supieron jugar con cabeza, sabedores de que el rival es batible (qué mal han ido haciendo los USA estos años al dejarse perder el respeto...), con mucho coraje para combatir al músculo americano y una defensa intensa e inteligente. Por supuesto, muchos minutos en zona.
El jugador del partido, sin duda, fue el madridista Fotsis, que brindó algunas acciones de muchísima calidad. Este chico sería un portento si fuera más regular y, tal como hizo ayer, jugara con intensidad todos los minutos.
Lituania va a más (Lituania 98 - Puerto Rico 90)
Aunque no da tanta sensación de poderío como Argentina, Serbia o la misma España, Lituania parece ir a más conforme pasan los minutos de campeonato. El partido de ayer frente a Puerto Rico era una oportunidad para calibrar más precisamente el nivel real de ambos conjuntos. Los portorriqueños, aún con la borrachera de la derrota infringida a USA salieron con ímpetu y descaro, pero con el paso de los minutos Lituania fue poniendo las cosas en su sitio y dejando claro que desde el exterior son peligrosísimos (13 de 30 lanzamientos desde 6'25). Los portorriqueños tampoco lanzaron mal desde el exterior (12 de 26 en triples), pero no tenían un día tan fino como contra los USA.
En los últimos minutos, los de Puerto Rico parecieron acusar también la ausencia (parece que por lesión) de su líder Piculín Ortiz, más importante, tal vez, psicológicamente que por la aportación real al juego que realiza a sus 41 años. Bien es cierto, que el punto flaco de Puerto Rico son sus pivots, y que un Piculín ya en declive (aunque nadie lo diría viendo su aún imponente físico) sigue siendo un jugador importantísimo, por lo que hace, por lo que manda y por el respeto que inspira.
La parte menos poderosa de los Lituanos parece estar en su juego interior, lo que les hace basar su juego en su tiro exterior y penetración. Los equipos que les quieran defender en zona tendrán que hilar muy fino si no quieren verse ametrallados por Macijauskas, Saras, Stombergas y compañía.
Fue una lástima no poder presenciar el partido de Serbia e Italia, pero, pese al dispositivo de multiseguimiento televisivo internacional (terminaremos aprendiendo alemán a este ritmo) no fue posible localizar, entre las sintonizables, una TV que lo transmitiera. Hubiera estado bien tener algún referente del juego de Italia, al que aún no hemos podido ver este año.
Mañana más, prepárense algunos españoles para madrugar ;)
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