Algunas claves del culebrón del verano

Tres ruedas de prensa, una de ellas fallida, para apenas decir el nombre del presidente y del director general del CB Murcia. La rueda de prensa fallida, además, con versiones contradictorias en cuanto a los motivos, que no eran cualquier cosa.

Dicen los unos, las autoridades en boca de Antonio Peñalver, que la rueda de prensa suspendida el jueves 6 de agosto lo fue por un problema de vuelos y baterías de teléfono y dicen los otros, cosa que hasta ahora no había trascendido, que porque hasta el último minuto no se ha podido saber quién iba a llevar el proyecto o iba a ser el presidente. Sí, pese a que se supone que estaba todo hecho y más que hecho, el pasado lunes de nuevo tronaron desesperadamente algunos teléfonos en busca de un plan B de urgencia que casi les explota en la cara. Mucho proyecto y mucha presentación (¿o debería decir “no presentación”?) pero hoy se volvía a dar una rueda de prensa fantasma en la que prácticamente no se decía nada, pues nada tenían para decir aparte del nombre de los dos hombres de paja de todo esto.

Digo hombres de paja pues por lo que veo se trata de dos nombres improvisados a última hora para dar la cara y no poner directamente a Arturo Ortega (o Jose Ortiz, que es de su agencia) en nómina en la parcela deportiva (quedaría muy feo de cara a la galería que el propio agente de los jugadores fuera el director deportivo) y para, por otro lado, no dejar vacía la silla que debería ocupar el presidente. Un presidente que en muchas de las versiones que ha tenido este ‘proyecto de proyecto’ era Juan Valverde.

Pero parece ser que Juan Valverde se empeñó en que si él entraba lo hacía con su equipo, es decir, con Pedro Fernández como Director General y José Luis Galilea como Director Deportivo como personas a la cabeza del organigrama. Y, fiel a esa idea, parece que finalmente el fundador del club se queda fuera del todo para no traicionar a sus amigos, cosa que parece que Carabante no ha terminado de hacer del todo con él, cuando se le suponía muy buen amigo.

Si la información que uno maneja es correcta y completa allá por el mes de febrero-marzo Pedro Fernández habló con el consejero Cruz para proponerle un cambio en la dinámica del club. El consejero le pidió al ex jugador del CB Murcia que se lo diera por escrito, cosa que hizo posteriormente en forma de lo que sería, propiamente hablando, un anteproyecto. Ese anteproyecto llegó, ya por escrito, a manos de Cruz. Cruz nuevamente le pidió algo a Pedro Fernández, que se lo trajera financiado (casi nada). Fernández habló con Juan Valverde, fundador del CB Murcia y durante 21 años al frente del mismo, quien ya el año pasado amagó con ofrecerse para tomar las riendas del club. Pero este año la cosa iba en serio.

Valverde buscó como aliado a su supuesto amigo Ramón Carabante, empresario metido en diferentes proyectos empresariales de todo tipo, incluyendo el recién creado equipo de F1 español. Carabante entraría como socio (¿capitalista?) del proyecto. Hasta ahí todo parece correcto y bonito, pero la cosa se torció pronto.

Miguel Cascales, Concejal de Deportes del Ayuntamiento de Murcia y portero de discoteca como principal trabajo conocido antes de entrar en política, se convirtió durante semanas en la peor pesadilla del baloncesto ACB en Murcia. Por lo visto, el concejal le guarda un odio especialmente virulento a Juan Valverde de algún que otro encontronazo en el que el fundador del CB Murcia le tuvo que explicar, con la claridad meridiana y finura que le caracteriza para estas cosas, lo que de él pensaba, afrenta que ha intentado vengar aunque se llevara para adelante también el club, cosa que poco le importaba pues el baloncesto nunca ha sido su prioridad precisamente.

La primera aportación del concejal al proyecto fue posicionarse en un plan que podríamos resumir en la idea de “antes le pego fuego al club que dejárselo a Valverde”. Y así actuó en consecuencia en adelante. Torpedeó todo lo que pudo torpedear las reuniones para que el proyecto no saliera adelante, al menos con Valverde a la cabeza.

Se produjo un importante punto de inflexión en la reunión que tuvo lugar el 10 de julio, primera a la que Juan Valverde no pudo asistir por encontrarse ausente en una boda en Cáceres, sin que nadie quisiera cambiar la fecha a otro día pese a estar la boda fijada claramente en la agenda de Valverde desde hace meses. Curiosamente en esa reunión, precisamente en esa reunión, aparecen por primera vez en escena Arturo Ortega y José A. de la Casa.

En esa reunión el concejal Cascales, por su parte, no encuentra mejor opción para ‘salvar’ al club que vendérselo al CAI Zaragoza, el mismo equipo al que se le ganó el ascenso y al que este año se le ganó la permanencia. Ironías de la vida. Ese hecho se hizo público por parte de Meroño, dueño de Polaris, pero unas semanas antes ya nos había llegado la información vía Zaragoza de que el concejal andaba llamando al club maño para intentar colocarles los derechos ACB ganados en la pista por los jugadores del CB Murcia.

Desde la reunión del 10 de julio la cosa cambia, y parece que Juan se va quedando al margen y Carabante da un paso, o dos, al frente, para pasar de ser un convidado de Valverde, debido a la amistad de ambos pero con nulo conocimiento ni interés por el baloncesto, a ser el protagonista principal de esta historia.

Los argumentos que se esgrimen desde las autoridades para descartar el proyecto de Fernández fueron que el de Carabante (como si Carabante llevara proyecto alguno bajo el brazo) venía bien financiado, cuando el de Valverde no. Sin embargo, cosa curiosa, el proyecto de Valverde/Fernández ya contemplaba a Carabante. Tal vez se referían a que Carabante había prometido más dádivas si entraba como primer espada que si entraba a la sombra de Valverde. Las dádivas podemos entenderlas como mayor aportación de capital al club por su parte o bien un acuerto tácito de traer la F1 a Murcia a cambio de quedarse él con el club y otras cosas de esas que hablan los grandes empresarios con los políticos.

El caso es que Carabante siempre dijo que quería que Juan Valverde fuera su presidente, aunque desde la reunión del día 10, él era quien pondría todo el organigrama y Valverde se encargaría de la presidencia y poco más, dejándole apenas algún cargo menor a su disposición como ‘pago’ para alguno de los suyos (léase premio de consolación para Fernández).

Durante un tiempo no quedó clara la postura de Valverde desde aquella maniobra, al menos públicamente, pues en algunas versiones del ‘proyecto de proyecto’ parecía que aceptaría ser un presidente florero dejando tirados a los que le habían metido a él en el proyecto.

Hasta el último minuto, y cuando digo ‘minuto’ quiero decir ‘minuto’, la presidencia para Valverde estaba reservada. Pero parece que el pasado lunes las autoridades vieron la luz y notaron algo turbio en el no-proyecto de Carabante (¿se dieron cuenta de que además de no tener proyecto era un Samper con balón de baloncesto bajo el brazo y realmente muy poco ‘cash’?).

El caso es que ese mismo lunes 3 de agosto las autoridades intentaron un desesperado plan B sobre la marcha, tan sobre la marcha que a la hora de la rueda de prensa convocada aún no tenían el nombre del presidente cerrado y tuvieron que aplazarla.

Evidentemente, la gente de Carabante no tiene proyecto, ni deportivo ni empresarial, con lo que tendrán que ir improvisando sobre la marcha tanto en la confección de la plantilla como la gestión del club. Respecto a la gestión de la plantilla me consta que hasta ayer no habían contactado con ninguno de los agentes importantes de la ACB aparte de Arturo Ortega, con lo que la cosa tiene mala pinta.

En cuanto a la gestión del club, la gente de Carabante no tiene el más mínimo conocimiento sobre la gestión de un club ACB ni sobre Murcia, con lo que todo parece indicar que Alejandro Gómez se limitará a delegar en los que ya hay. De hecho, ha dicho que no es incompatible la existencia de un Director General (él mismo) y un Gerente (Barceló), con lo que habrá que añadir un nuevo e importante sueldo a las jerarquías del club para, entre los dos, hacer el trabajo de uno pero al coste de dos (o más).

Ahh, y la madre del cordero. La clave era que Carabante traía la financiación que Fernández/Valverde no tenían. Sin embargo, a fecha de hoy no tienen la más remota idea de qué patrocinador será el que aporte el millón de euros que falta para que salga el equipo. ¿Otro caso Tranvimur en marcha?.

Ahora tienen que aterrizar y conocer el club, sus empleados, Murcia y las peculiaridades de este deporte. Vamos, poca cosa a unos días de empezar la pretemporada.

Paco Viudes también da su punto de vista sobre este asunto.


Epílogo.

Mal tema que las autoridades hayan regalado el proyecto a unos señores de Madrid que a duras penas saben dónde está Murcia y lo que es el baloncesto. Peor aún que estos señores empezaran, en contra de lo que dicen, a trabajar ayer mismo en idear un proyecto sobre la marcha, sin saber qué hacer con la campaña de abonados ni qué hay hecho hasta ahora, ni qué pasará con las bases, o si está o no el nombre del club en venta, además de ni tener el millón que falta.

Pero muy mal también que ahora las personas que más han trabajado para sacar un proyecto de verdad se queden con el culo al aire por el capricho de los políticos, pues no había un motivo razonable que justificara que ellos se quedaran fuera y que la gente de Carabante tomara el club (el supuesto dinero de Carabante ya se contemplaba en el proyecto de Fernández) y que su gente se quede con la 'concesión' sin haber movido un dedo y sin haber hecho lo más míninmo de trabajo previo. Lo siento por Pedro Fernández, que dio su cara, su tiempo, sus horas de trabajo y la renuncia a algún otro puesto de trabajo interesante para sacar esto. Hablo también de Galilea, que destrozó su teléfono llamando a todos los agentes habidos y por haber para preparar una plantilla para el CB Murcia. Y hablo también de gente que finalmente quedará en la sombra, pero que echó muchas horas en ayudar en esto, y algún jugador que aguantó hasta el último momento sin firmar en otro sitio por venir al equipo de su tierra.

Ya que nadie parece dispuesto a hacerlo, desde aquí les doy las gracias a Pedro, a Galis y a todos los que quedan en la sombra por intentar sacar un buen proyecto de y para Murcia.


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En fin, mucha mentira que se cuece bajo la oscuridad. Y las que nos quedaremos sin saber. Pero lo importante, pese a todo lo chusco de esta historia, es que al menos tenemos baloncesto, aunque no sea como debería haber sido. Ese baloncesto y este club que pese a todo y a todos queremos y que no podemos permitirnos perder. Como dice la canción de Manu Chao "te quiero más que a mi vida, llorona, ¿qué más quieres? ¿quieres más?.