Ciniconsejos: Personal branding


Queridos padawanes que aspiráis a entrenadores top o a algo parecido, hoy os traigo un ciniconsejo, y además, gratis. No descuidéis vuestra formación en baloncesto, por supuesto, pero cuidad mucho algo que no siempre se enseña: el marketing, y dentro de este, y muy especialmente, el personal branding, que es incluso más importante que saber montar una buena 1-3-1.

Podríamos definir el personal branding como la gestión de tu marca personal, de forma que actúes de forma que tu público entienda quién eres y qué ofreces. Debes saber por lo que quieres ser recordado y trabajar para diseñar esa imagen.

Más en román paladino podríamos decir que es tanto más importante lo que piensen de ti como lo que realmente seas. En el baloncesto hay muchas variables que influyen en lo que ocurre en la pista: la plantilla, el rival, los árbitros, la suerte… y el entrenador, claro. No obstante, al ser tantas las variables que interactúan, cuesta determinar el nivel de culpa del entrenador de lo que sea que esté pasando en la pista. Es decir, salvo que seas un patán de primera, si dominas el personal branding, el paripeing, el peloting, algo de fliping y algún que otro ing más, vas en el buen camino. Ahora, si eres un patán, no hay personal branding que arregle lo tuyo.

Es importante empezar de joven con esto del aparenting. A algunos ya nos llega tarde el darnos cuenta de ello y a estas alturas ya no engañaríamos a nadie. Por eso, querido padawan, aprende de los que llegamos antes y la cagamos: que siempre parezca que sabes lo que haces. Nunca, nunca, salvo tal vez con alguien de tu más absoluta confianza, muestres ningún tipo de duda. En este mundillo, demostrar duda no se asocia a honestidad y conocimiento cabal de hasta dónde es razonable saber, sino a debilidad o ignorancia. Inventa, inventa cualquier mierda y defiéndela como si fuera la Piedra de Roseta del baloncesto, pero no demuestres que dudas y, menos aún, que hay algo que desconoces, por razonable que pueda parecerte no conocer algo.

Un truqui puede ser la falsa duda, usar una supuesta duda para tratar de epatar con otra idea relacionada que quieres colar y no sabes cómo, de forma que, en realidad, aparentes dudar entre la puta idea genial 1 y la puta idea genial 2.


Si consigues sobrevivir a las primeras etapas luego todo es más fácil, pues llega un momento en el que, gracias a moverte en un entorno de cierto nivel, al final hasta aprendes de verdad y todo.

Muy relacionado con esta idea está el otro ciniconsejo que te daré hoy: nunca jamás aceptes entrenar un equipo de mierda si es posible evitarlo de algún modo. Puede ocurrir que un buen equipo no rinda a su máximo nivel posible, o que chavales con mucho potencial no mejoren todo lo que podrían contigo en el banquillo, pero eso es fácil de disimular. Si has gestionado bien el pampaneing hasta podrás colgarte alguna medalla, si lo vendes bien. Pero claro, jamás podrás conseguir que un mal equipo parezca bueno si tú no eres capaz de convertirlo en uno bueno, así que te estarías metiendo en un pozo sin fondo del que luego es difícil salir ¿cómo te vas a lucir con un mal equipo si tú tampoco eres un buen entrenador? No, eso nunca. Procura hacerte cargo del mejor equipo posible y véndelo a toda persona que se cruce contigo como un equipo del montón, si no mediocre, eso ya dependerá de lo persuasivo y arrojado que seas. De este modo, todo lo que logres, por poco que sea (y si el equipo es bueno mal se tiene que dar para que no logre algo) lo podrás vender como un éxito tuyo. Recuerda que lo importante es lo que consigas hacer creer. 

Si consigues hacer creer que un buen equipo, el tuyo, no lo es tanto, y que si medio funciona es gracias a ti, es que has seguido con provecho los ciniconsejos de hoy.

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