Stephen Curry no estaría en una cárcel rusa como Griner
Stephen Curry en un partido y Brittney Griner detenida en Rusia |
¿Habría ocurrido lo mismo si se hubiera tratado de Stephen Curry? Ya les digo yo que no, en ningún caso, y por múltiples motivos.
En primer lugar, a Curry muy probablemente no se habrían atrevido a detenerlo de esa manera tan chusca en un aeropuerto ruso, más bien lo hubieran agobiado, sí, pero pidiéndole autógrafos. Por no hablar de que, en el caso de viajar él solo, tal vez hubiera llevado una cohorte de escoltas privados, que vaya usted a saber si se las habrían visto con el personal de seguridad del aeropuerto y la policía rusa. En el peor de los casos, supongo, todo habría terminado como un simple incidente desagradable y una puesta en libertad en cuestión de minutos.
Hay una razón por la que eso no le habría pasado a Curry: él jamás habría tenido que ir a jugar a Rusia, pues el calendario de la NBA no sería compatible con otras ligas (el de la WNBA hasta ahora sí lo ha sido), ni tampoco las cláusulas de su contrato contemplarían esa posibilidad. En definitiva, porque Stephen Curry cobra en la NBA una cantidad de dinero tan escandalosa que resultaría absurdo para él jugar en ningún otro sitio, y menos aún por dinero.
Curry cobrará esta temporada 2022/23 unos 40 millones y pico de dólares. Y ojo, resulta que ese pico que hemos despreciado (70.014 $) suponge casi un 50% más del salario mínimo de la WNBA, y un poco menos del salario mínimo en la NBA (75.000 $), aunque casi ningún jugador juega por ese mínimo, cosa que sí ocurre en la WNBA.
Brittney Griner, una de las jugadoras top 5 del mundo, cobró la pasada temporada 221.450 $ en las Phoenix Mercury, y este año cobraría 228.094 $ si no estuviera en una cárcel rusa. Unos 5.000 $ arriba o abajo nadie cobra más de esos 220.000 $ en la WNBA.
Haciendo una cuenta rápida los números nos dicen que una estrella de la NBA cobra 175 veces más que una estrella de la WNBA.
Griner, Taurasi y Stewart con la selección USA |
Griner y otras jugadoras top como Diana Taurasi o Breanna Stewart cobran fuera de la WNBA en torno a 1.000.000 $, más de cuatro veces los 220.000 $ que cobran en la WNBA.
A donde quería llegar con tanto dato de sueldos es a que un cuarto de millón de dólares es un buen sueldo para un ciudadano de a pie, pero para una jugadora top del baloncesto mundial esa cantidad no es acorde a su desempeño y mérito. Se puede vivir con ese dinero, por supuesto, e incluso ahorrar dinero si no se derrocha en el día a día, pero comparado con las cantidades de la NBA resultan cifras ridículas. Por ello, no es nada descabellado que toda la jugadora que pueda jugar también fuera de la WNBA y compaginarlo lo haga, sobre todo si le pagan cuatro veces más. Y eso es lo que sitúa a Griner en un aeropuerto ruso apenas una semana antes de que el ejército de Putin invadiera Ukrania.
Hay otro melón por abrir: ¿Habría actuado igual la diplomacia de EEUU si hubiera sido Curry? Apuesto a que no.
Imagen en la que supuestamente se ve a Griner en el aeropuerto |
Todo esto nos lleva a otro tema que merece ser tratado con algo más de detalle: ¿la abismal diferencia de salarios entre hombres y mujeres baloncestistas se atiene a algún tipo de justicia?
En términos deportivos ya hemos visto que no hay justicia en el reparto. Las personas que ven bien esta diferencia abismal buscan justificarla agarrándose al mito de que se debe cobrar según se genera. Pero es un argumento tramposo, además de falso. Veamos más cifras: Una franquicia de la NBA genera unos 197 millones de dólares al año, mientras que una franquicia de la WNBA genera 5 millones. De otro lado, el salario medio en la NBA está en un 3.2% de los beneficios globales de un equipo, mientras que el salario medio en la WNBA supone un 1.5% de los beneficios.
La parte del pastel generado que se llevan los hombres es más del doble que la parte que se llevan las mujeres. ¿Por qué se quedan los gestores de la WNBA con el doble de porcentaje de beneficio de sueldo de jugadoras respecto de jugadores? Pues porque pueden. Es el mercado, amigo. En EEUU los jugadores NBA tienen más fuerza que las mujeres para presionar o, dicho de otro modo, los empresarios de la WNBA aprietan más las clavijas que los de la NBA. Porque las jugadoras son mujeres, y porque pueden, vamos.
Ojo, y todo eso que les cuento ocurre pese a que en menos de diez años los sueldos casi se han triplicado. La WNBA, que arrancó con 8 equipos en 1997 hasta llegar a los 12 actuales, cuenta ya con 25 años de historia, lo que no es demasiado tiempo para el desarrollo de una liga. Pese a todo, la liga crece año a año, en repercusión, y también económicamente. Para la temporada 2022 han logrado 75 millones de dólares de recaudación, con Pau Gasol como uno de los inversores. Además, la cadena ESPN mejoró la audiencia de la temporada regular en 2021 en un 49 % respecto a la del año anterior. Pero, aún así, estamos en lo que estamos.
Aparte de la tontuna de llevar encima una sustancia que no debía (cosa que aún estaría por demostrar) ¿Griner está en la cárcel por una cuestión de machismo o de capitalismo salvaje? Por otro lado, y no sé cuanto tendrá que ver con su detención, hay otro melón que he dejado sin abrir: en Rusia está prohibido ser homosexual.
Otro tema relacionado, y que no quería dejar de lado, es la cuestión del cambio en la normativa WNBA para 2023, pues parece que el compaginar se va a acabar. Pero eso tocará otro día.
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